Si bien los problemas legales de las empresas pueden ser muy variados, pueden distinguirse algunas materias en las que aparecen más problemas, o bien, en las que los problemas son más frecuentes por tratarse de áreas comunes a la mayor parte de empresas. En este artículo hacemos referencia para ti a las 10 materias o áreas en las que las empresarios pueden encontrarse los problemas legales de las empresas más habituales. De esta forma podrás prevenirlos y, en caso necesario, contactar con abogados especialistas en cada uno de ellas, al objeto de obtener los mejores resultados.
A la hora de gestionar cualquier posible incumplimiento de los proveedores, el contrato firmado con éstos resultará un marco inestimable, que de haber sido redactado de forma eficiente servirá no soló para negociar e intentar resolver el problema entre las partes, sino también de ser necesario acudir a cualquier sistema de resolución de conflictos.
La razón esencial es que en el contrato habrán de constar específicamente las obligaciones de cada parte. Esto facilita notablemente la prueba del incumplimiento pudiendo resolverse optando entre el cumplimiento forzoso o la resolución con resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos.
Además de la conveniencia de documentar cualquier tipo de contrato mercantil, evitando los acuerdos meramente verbales, conviene recordar que los contratos se redactan para evitar o resolver los problemas legales de las empresas que puedan presentarse en el futuro. A pesar de ello, no suele darse a la redacción y revisión de los contratos la importancia debida.
Por ello, este tipo de documentos deben gestionarse de manera responsable y eficiente, especificar las obligaciones de cada parte, y aclarar el objeto que lleva a firmarlo.
Los contratos constituyen la prueba de la voluntad de las partes, y sirven para aclarar cualesquiera tipos de conflictos facilitando las negociaciones y constituyendo un marco para las actuaciones de la empresa en relación a cualquier reclamación, demanda, procedimiento administrativo, investigación o medida que pueda adoptarse en relación a los mismos.
También los contratos con los clientes constituyen un elemento esencial a la hora de solucionar los problemas legales de las empresas respecto a las reclamaciones de sus clientes, además de reducir malentendidos.
Normalmente los clientes reclaman cuando no están satisfechos con la actuación llevada a cabo por la empresa. No obstante, esta falta de satisfacción puede estar motivada no sólo por un incumplimiento del contrato por parte de la empresa, sino también por la existencia de expectativas incorrectas por parte de los clientes.
En el caso de que se trate de meras quejas, hay que valorarlas como feedback de los clientes, y utilizarlas para mejorar los productos y servicios de la empresa.
Puesto que los trabajadores son una parte integrante de la empresa, las posibles reclamaciones por parte de estos también constituyen parte de los problemas legales de las empresas. Las demandas de los trabajadores pueden ser diversos tipos, desde las relacionadas con el contrato de trabajo por despido disciplinario, hasta las relativas a la seguridad social, salud e higiene en el trabajo o infracciones y sanciones por parte de los trabajadores.
En ocasiones tales demandas pueden resolverse en conciliación o mediante la negociación con los trabajadores. Otras exigen acudir ante los tribunales. En cualquier caso, para evitar los problemas legales de las empresas con sus trabajadores es recomendable documentar cualquier decisión, conservar pruebas que permitan a la empresa defender su punto de vista, y solicitar al trabajador la firma de documentos que supongan la recepción de notificaciones, documentación, avisos, requerimientos, amonestaciones etc…
La obligación de llevar la contabilidad y de presentar y liquidar los diferentes tipos de impuestos a que están obligadas las empresas, así como su grado de cumplimiento, pueden llegar también a ser fuente de problemas legales de las empresas. Los diferentes tipos de inspecciones y liquidaciones paralelas pueden dar lugar a multas fiscales recurribles ante los tribunales económico administrativos y ulteriormente la jurisdicción contencioso administrativa.
Se trata de uno de los problemas legales de las empresas más importantes debido a sus consecuencias. Una empresa en la que los clientes no pagan es como si no tuviese clientes, no puede haber empresa. Incluso peor, porque el empresario ya ha incurrido en unos costes para proporcionar a los clientes los productos o servicios, y no puede revenderlos al encontrarse en poder de los clientes.
Por ello, es necesario en primer lugar documentar las operaciones, y formalizar contratos que pueden servir de prueba en juicio, en su caso. Y en segundo lugar, el establecimiento de políticas de pago adecuadas, como el prepago o el pago de un porcentaje en el momento del encargo.
Esto es especialmente importante en el caso de los servicios que no pueden ser retornados al empresario. Es conveniente estudiar a los clientes antes de lanzarse a trabajar para ellos, controlar a quién se da el crédito y los riesgos de impago reduciéndolos a porcentajes que no impidan la continuación de la empresa por falta de liquidez.
Si la empresa es una persona física (salvo que se trate de un autónomo con limitación de responsabilidad) o una comunidad de bienes, sin personalidad jurídica, la regla es precisamente la afectación al patrimonio personal del empresario. Por ello, se trata de uno de los principales problemas legales de las empresas.
Esto también ocurre en algunos tipos sociales, como en el caso de sociedades colectivas. Sin embargo, en el caso de las sociedades de capital, que son las más habituales (sociedad anónima o sociedad limitada) la regla es que el empresario sólo responde hasta el importe aportado a la compañía.
Sin embargo, aún en estos casos es posible que el empresario incurra en responsabilidad personal o se produzcan circunstancias que lleven al levantamiento del velo societario.
Marcas y patentes tienen por objeto la protección de los activos de propiedad industrial de la empresa. Las marcas sirven para diferenciar los productos o servicios de los idénticos o similares y las patentes permiten registrar invenciones susceptibles de aplicación en la industria.
Los problemas legales de las empresas relacionados con la propiedad industrial pueden referirse a la falta de registro, de modo que las marcas o invenciones sean utilizadas por otras personas, o bien, a la protección de la propiedad registrada frente a terceros, incluso ante los tribunales de justicia.
Según el tipo de ámbito territorial en el que las marcas o patentes estén protegidas los órganos competentes para la resolución de conflictos pueden ser nacionales o estar ubicados en otros países.
En el caso de las marcas también pueden plantearse problemas con nombres comerciales, nombres de dominio o denominaciones sociales. A todo ello habría que añadir los problemas legales de las empresas planteados por utilizar fotografías de marcas, o material protegido por derecho de autor.
La normativa sobre protección de datos establece importantes sanciones en caso de incumplimiento, pudiendo llegar hasta el 4% del volumen de facturación anual de la empresa o 20 millones de euros.
Para evitar los problemas legales de las empresas en este área es importante: la designación de un delegado de protección de datos, formar a los empleados, obtener los debidos consentimientos e informar a las autoridades y afectados de los ataques o brechas de seguridad cuando se produzcan.
También, facilitar el derecho al olvido, adaptar la web de la empresa a la normativa de protección de datos y mantener el cumplimiento actualizado.
Ya se trate de una pequeña o una gran empresa, en un mundo como el actual, en que los consumidores y usuarios pueden opinar sobre ellas el riesgo reputacional puede llegar a afectar la consideración de una empresa en el tráfico mercantil, y, producir consecuencias financieras, económicas y sociales.
Es también uno de los principales problemas legales de las empresas. Por ello, resulta tan importante para una empresa escuchar que se dice de ella en los distintos medios o en las redes sociales. Así como, establecer mecanismos de crisis al objeto para evitar o minimizar las consecuencias negativas.
Así, las buenas relaciones con los clientes, los servicios postventa o la seguridad del producto destacan porque conectan con la percepción de los terceros. La honestidad, la responsabilidad social corporativa, la contribución a la conservación del medio ambiente, o las condiciones de trabajo son otros ejemplos de lo que valora el público.